sábado



Un tal niño llamado Rubén,se encontro una sirena varada en la orilla.La limpió, quitandole las escamas en la arena, y cortó su cola en dos para montarla en bicicleta y llevarla a su casa.
Nada más llegar, y como era un tragón la hizo a la barbacoa y se la comió con papas y ensalada.De repente,y como por arte de birlibirloque le empezaron a salir espumarajos por la boca y su cuerpo empezó a moverse de manera compulsiva y desmedida.
Ante si una bruja hizo su aparición.Era la madre de la sirena, que mediante un hechizo, le obligó a navegar durante toda su vida.
Desde entonces vaga por esos mares, y prefiere las pescadoras antes que a las sirenas, y cuando oye a lo lejos sus lamentos se pone a silbar y disimula mirando para otro lado.
Esto es sólo una leyenda urbana, ¡pero con este tipo de leyendas nunca se sabe.

1 comentario:

Lore dijo...

Y yo que pensé que una sirena te habia hechizado...que la mar para tí era tu sueño dorado...uyyyyyyyy
Rubén,¡pobrecito que dura la vida..! ¡Cuidadito con las brujas, que haberlas haylas, y muy peligrosas!!!!

Poquito a poco...pero vá.

Besos.