domingo


LA FIESTA DE LOS INDIANOS EN EL CARNAVAL DE LA PALMA.
Los Indianos se remontan, según lo que he leído, a una tradición del siglo XIX, cuando los emigrantes palmeros volvían cada cinco años a La Palma provenientes de Cuba, destino preferido de aquellos que decidían probar fortuna cruzando el charco (cinco años, al parecer, por el período de tiempo que transcurre para celebrar la Bajada de la Virgen, la otra gran fiesta de la isla). Estos “nuevos ricos”, volvían haciendo gala de su recién adquirida fortuna, siendo recibidos irónicamente por todos aquellos campesinos que se quedaron. No se tiene muy claro el porqué de los polvos talcos; se comenta que un cargamento de harina quedó desparramado en los muelles de la ciudad por un barco que encalló, siendo aprovechado por la gente para jugar con él, aprovechando el Carnaval. Estuvieron prohibidos unos cuantos años hasta que en la década de los sesenta del siglo pasado se recuperó la tradición.

Las calles se llenan a más no poder, sobre todo la Calle Real, la principal de la ciudad. A las cuatro de la tarde el ayuntamiento hace una repartición de botes con talco.A esa hora las calles ya están empolvadas por los más madrugadores, que a las doce del mediodía ya están en las esquinas pasándoselo en grande. Hay artilugios más eficientes para lanzar el talco: desde cañones descomunales, hasta máquinas sulfatadores llenas hasta rebosar. Cada año que pasa más forasteros asisten al Carnaval de La Palma.Primero por ser diferente, y segundo, y probablemente más importante, por el buen rollo que se respira en la calle. Ni un problema, ni una discusión, nada. A pesar de la masificación todo el mundo va a su onda, haciendo lo más importante de todo, divertirse.

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